miércoles, 24 de abril de 2013

Un consejo repetido

Un error común es vivir en el mundo y no notar qué lugar ocupamos en él. Nuestras vidas se desarrollan en un continuo flujo de diversos tipos, las emociones fluyen, las personas fluyen, el aire fluye y nosotros nos balanceamos en este vaivén eterno.

Vivimos sin prestar atención a nuestro contexto, digo, sí, manejamos nuestro contexto inmediato y reaccionamos dependiendo de las diversas ocasiones, pero ¿serías capaz de recordar el rostro de la última persona a la que saludaste a pesar de no conocer?, o más fácil, ¿eres consciente de la ropa que llevas en estos momentos? Claro, tal vez puedas responder correctamente sin dificultad estas interrogantes, pero el punto aquí es que lo fácil que es vivir nos hace comenzar a simplificar las experiencias. Damos temas por sabidos en distintas conversaciones y asumimos que ya son conocidos. Intentamos simplificar la complejidad de lo que nos rodea a diario. Pero esto es una ilusión, la vida no se desarrolla tan fácil como sentimos que puede ser.

En general somos capaces de apreciar lo que nos rodea en cotidiano solamente cuando encontramos un punto de referencia según el cual juzgar la realidad, como puede ser el fin de una amistad o la muerte de un familiar. Existen a lo largo de nuestras vidas distintos hitos que nos permiten salir de la ilusión de la eternidad de nuestras existencias.

Como lo dice un genial dicho: "los árboles no dejan ver el bosque". Cuando estamos demasiado involucrados en nuestras propias existencias es difícil poder dimensionar correctamente lo afortunados que somos, por ello es necesario tomar distancia de vez en cuando. Sé que suena como el clásico consejo que entregan los libros de autoayuda, pero no por ser un consejo repetido deja de ser un buen consejo. Detente un segundo y observa a tu alrededor, recuerda de dónde vienes, piensa en dónde estás y concibe a dónde quieres llegar, aléjate del bosque y obsérvalo en su verdadera dimensión.

Inhala profundamente hasta que tus pulmones no puedan expandirse más. Exhala hasta que se contraiga tu faringe. Inhala y exhala a consciencia, ¿se fue la desesperación? Ahora recuerda lo bello y lo sutil, piensa en tu vida.

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