domingo, 19 de mayo de 2013

Un pajarito

La única verdad a la que podrás llegar a acercarte en tu vida es a la verdad que habita en los seres sensibles. Pero no cualquier ser puede llamarse un ser sensible. Solamente algunos animales mirarán en tu alma y dirán lo que necesitas. Los animales con esta capacidad suelen hablar con la luna, y la luna es la que les da la sabiduría para tratar con otros seres.

Mira a sus ojos y sálvalos, permíteles salvarte pues es parte de su misión.

Hoy fue un gran día, había un colibrí. Este colibrí estaba atrapado entre la naturaleza y la incomprensible humanidad de un tragaluz exterior. Por más que batía sus alas, no podía librarse porque su instinto no le dejaba bajar. La opción de este animal era tomarse de vez en cuando, con una de sus pequeñas patas, de un borde el vidrio que lo separaba de su libertad. El cansancio ya hacía mella en él, sus posibilidades se agotaban. Pero gracias a la voluntad humana, que fue la que lo puso en ese aprieto en primer lugar, pudo ser liberado para explorar el mundo.

Este era un pequeño animal, pero sus ojos hablaban de la belleza del mundo. En un día como hoy, con tormentas y granizos, sus ojos tocaban tu interior y te hacían saber que no hay mucho que importe en la tierra, pero aquello que importa, aquellos que te importan, son tesoros frágiles que pueden estar atrapados cuando siempre estuvieron libres. Un salto de fe, vencer al instinto y las posibilidades se abren.

Vivir es un salto al vacío y nosotros estamos vacíos. Vivir es un salto hacia nosotros mismos. Pronto la vida seguirá su curso y las mañanas brillarán, porque hay corazones que pueden seguir latiendo por siempre.

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