Debe de ser un sentimiento universal, pero no está demás plasmarlo.
Todos luchan con sus inseguridades, y los que no lo hacen es porque ya llevaron acabo esta tarea, infernal tarea para muchos. Caminas por la calle, la gente se ve "bien", o se ven como se debería de ver la gente que no tiene un rostro repetido. Es gente, caminan y todos parecen llevar consigo sus propias preocupaciones o ansias, son personas que viven independientes y que desde mi ventana se observan como personas que caminan, van y vienen, vienen y van. No paran de caminar, son personas absolutamente felices, sí, parecen personas seguras. Deben de ser felices, no me demuestran lo contrario, salvo una que otra persona que tiene en el rostro gris, pero son minoría absoluta, a veces somos minoría absoluta.
Esta gente que veo son personas que no se detienen, caminan desde antes de que las observara, y siguen caminando aún cuando yo no estoy. Seguramente deben comer, a veces, pero nada me quita esa idea de que caminan, son trotamundos, son patiperros. Aparecen y van dejando su huella en mis pensamientos, a algunas de estas personas las paso caminando, no es difícil. Con otras simplemente nos cruzamos porque llevamos caminos distintos.
Esas personas que no conozco no van a ningún lugar, porque esas personas no tienen un hogar al cual llegar. Tampoco tienen una madre a la cual saludar el día de las madres. Es triste para mí pensarlo, pero de seguro para ellos no lo es, creo que son personas carentes de otras personas. Solamente establecen relaciones que son medidas en segundos, esas relaciones visuales que no tienen ningún tipo de contacto físico y ni siquiera verbal.
Son personas admirables, entrenan sus mentes y cuerpos para aparentar ser simples transeúntes, se nota en sus gestos que estas personas tienen habilidad en lo que hacen. Dedican sus vidas a vagar por la ciudad hasta que en un instante casi ínfimo sus movimientos adquieren sentido, y ese instante es cuando yo los veo pasar, y es cuando más simulan ser personas que buscan y encuentran en la vida, personas que sí tienen sus propias realidades y que no son producto del sueño de alguien.
Recién entonces han cumplido su objetivo, y cuando las veo por segunda vez y las reconozco, ahí es cuando han perdido su trabajo. Dejan de ser empleados con tal objetivo, el de simular existencias completas, para pasar a ser lo que sí se percibe, personas que realmente hablan y comparten inquietudes.
Todos luchan con sus inseguridades, y los que no lo hacen es porque ya llevaron acabo esta tarea, infernal tarea para muchos. Caminas por la calle, la gente se ve "bien", o se ven como se debería de ver la gente que no tiene un rostro repetido. Es gente, caminan y todos parecen llevar consigo sus propias preocupaciones o ansias, son personas que viven independientes y que desde mi ventana se observan como personas que caminan, van y vienen, vienen y van. No paran de caminar, son personas absolutamente felices, sí, parecen personas seguras. Deben de ser felices, no me demuestran lo contrario, salvo una que otra persona que tiene en el rostro gris, pero son minoría absoluta, a veces somos minoría absoluta.
Esta gente que veo son personas que no se detienen, caminan desde antes de que las observara, y siguen caminando aún cuando yo no estoy. Seguramente deben comer, a veces, pero nada me quita esa idea de que caminan, son trotamundos, son patiperros. Aparecen y van dejando su huella en mis pensamientos, a algunas de estas personas las paso caminando, no es difícil. Con otras simplemente nos cruzamos porque llevamos caminos distintos.
Esas personas que no conozco no van a ningún lugar, porque esas personas no tienen un hogar al cual llegar. Tampoco tienen una madre a la cual saludar el día de las madres. Es triste para mí pensarlo, pero de seguro para ellos no lo es, creo que son personas carentes de otras personas. Solamente establecen relaciones que son medidas en segundos, esas relaciones visuales que no tienen ningún tipo de contacto físico y ni siquiera verbal.
Son personas admirables, entrenan sus mentes y cuerpos para aparentar ser simples transeúntes, se nota en sus gestos que estas personas tienen habilidad en lo que hacen. Dedican sus vidas a vagar por la ciudad hasta que en un instante casi ínfimo sus movimientos adquieren sentido, y ese instante es cuando yo los veo pasar, y es cuando más simulan ser personas que buscan y encuentran en la vida, personas que sí tienen sus propias realidades y que no son producto del sueño de alguien.
Recién entonces han cumplido su objetivo, y cuando las veo por segunda vez y las reconozco, ahí es cuando han perdido su trabajo. Dejan de ser empleados con tal objetivo, el de simular existencias completas, para pasar a ser lo que sí se percibe, personas que realmente hablan y comparten inquietudes.
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