viernes, 4 de octubre de 2024

Ciudad de la luz

Ves el peligro en distintas esquinas; pasos presurosos y un niño que deja caer su muñeco. El vapor brota del suelo y es la ciudad comunicándose mientras los sin domicilio encuentran dónde evacuar.

 Hay una definición de lo que es el mal. Qué es el mal, y dónde habita. Nuevamente, es cuestión de perspectiva. Son las ciudades colmadas de seres apretujándose por un espacio para tomar una fotografía o solo respirar. Hay necesidades y todas son digitadas en un mismo tempo, logrando la agobiante y constante sensación de movimiento.

Hay quien define como un ritmo rápido únicamente, pero no, es la urbe, es el producir, es el capturar. Miles de miles de obturadores abriendo y cerrando, atrapando para siempre a seres incautos que no planeaban estar en ese instante, perdiendo parte de su esencia.

Viajas por las venas abiertas donde algunos fuman grietas, buscando y siempre encontrando sortear obstáculos y sus combinaciones. La acción sigue así: gancho al costado, golpe metálico y se abre la puerta. Rostros observan y analizan, quién es un peligro y quién un visitante, la molestia. El espacio es potencial y te posas con la responsabilidad de pararte si la muchedumbre aumenta.

Una tras una caen, como los años, las estaciones y tú te preguntas en qué clase de sueño te encuentras, mientras una voz te recuerda que no es el país de tu madre. Es hora de bajarse y empujar, otro golpe metálico y un salto al vacío inmóvil, y te preguntas si lo sortié.

Hay colores y sabores, la caja de lápices completa, con sus hermosuras y sus aberraciones. Un sol apenas se asoma y sientes la gracia de los favorecidos.

Aunque lluevas, siempre tendrás un lugar en mi imaginación.

No hay comentarios.: