El sonido se hace fuerte, la violencia está en esa resistencia, pero cuando estás arriba puedes oír, pero no puedes sentir la resistencia del piso; todo avanza muy rápido y el suelo a veces presenta grietas.
Pero ¿quién no?
Es difícil, están llenos de contradicciones y dicciones; es difícil, estoy lleno de contradicciones y dicciones.
Cómo se puede vivir en grupo si no somos el grupo, cómo sentirse parte de algo que es independiente de lo que deseas, cómo ser cuando no se puede ser.
La salida es activa, la salida es rodar por las grietas y distribuir el peso para evitar el impacto. La salida es saber que siempre hay resistencia y que lo que identificamos como resistencia nos marca a su vez como la resistencia. Siempre es un choque atómico, las cosas no se deslizan por siempre y para siempre.
¿Y la muerte? Seguramente tiene sus propias resistencias, porque morir no es tan fácil como lo era hace ya tiempo.
El humo llena y está embriagado de sentimientos. La vida se vive dos veces y es exactamente igual, pero tu mente vive dos veces y es exactamente distinto: reinscribes las entradas de tu cabeza y ríes por el pasado, y lloras por el tiempo pretérito.
En eso un pájaro cae de su nido, la madre pájara se acerca. Nada haces porque es parte del ciclo natural. En silencio lloras por un ave sin futuro. Puedes gritar muy fuerte y golpear, y aun así no eres una persona que valga.
Realiza tu vida físicamente, únete a muchos y siente ese poder numinoso. Corre, rompe, patea y grita, que otros se te unan y siente esa fuerza. Piensa en encontrarte en ese sentimiento y en esa sensación. Y cuando te canses, cuando la vida vuelva a la realidad y tu continuidad siga siendo la de siempre, cuando eso pase pregúntate: ¿he dejado de estar en soledad?
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